My estimado Gran Maestre y Príncipe Regente:
En este día tan especial, simplemente quería desearte
que tengas el mejor cumpleaños del mundo. Un día como éste no se repite hasta
un año después, por ello en esta ocasión quise enviarte este detalle para
hacerte saber lo mucho que te aprecio y los motivos por los cuales quiero
agradecer tu amistad.
Antes que nada, siempre hemos sido Hermanos, en las
buenas y en las malas, por lo que no he podido dejar de pensar en que eres como
un hermano para Nosotros/as. Tu apoyo incondicional me soporta a cada momento
que lo necesitamos. Nuestra amistad es especial por ello, pues sin un buen Gran
Maestre de la Orden del Temple que te ayude a levantarte en tus derrotas, nunca
podríamos forjar un destino firme.
Y eso es lo que tú eres para mí, el mejor de los
HERMANOS.
Por otro lado, has sabido ser un guía, ya que tus consejos me sirvieron de
mucho en esos momentos de inseguridad y depresión. Te agradezco de corazón que
hayas sabido tener paciencia para darnos el valor necesario para salir
adelante. En realidad son muchas las cosas que tenemos que agradecerte, que
creo, no alcanzarían en esta carta.
Supongo que recuerdas todos nuestros encuentros y
paseos juntos, íbamos por todos lados riendo y soñando con alcanzar nuestras
metas. Eran tiempos que se han vuelto memorables, pues, a pesar de las
discusiones, hemos sentido apoyados
Esta es otra de las cosas que me hacen ver lo especial
que eres como persona y lo afortunado que somos al tenerte como Gran Maestre
por el camino. Por todo esto y más es que quiero agradecerte, Hermano mío, ya
que, como te dije en un principio, has sido para nosotros como un buen hermano,
aquel que no deja desamparado a su familiar.
Te estimamos mucho, y quise tomar el día de hoy como
ejemplo para escribirte esta breve carta. Hoy que es tu cumpleaños, tan solo
quiero decirte. Que todos tus objetivos se cumplan y todos tus sueños se hagan
realidad. ¡Feliz Cumpleaños y un fuerte abrazo de corazón para el mejor de los
Hermanos!
Los Hermanos y Hermanas de TOLEDO.
