En Busca del Arca Perdida: realidad y ficción del mejor film de arqueología del siglo XX.
“Aquel hombre apartó la losa que sellaba desde hace milenios la única
entrada visible al Pozo de Almas y tras divisar el fondo, largó una soga y se
dejó caer por ella. Al explorar la zona descubrió tras un falso muro El Arca
Perdida, El Arca del Pacto hebrea que Moisés y los Levitas crearon con madera
de acacia y oro para contener las tablas de la Ley, entregadas por Yahvé en el
monte Horeb a Moisés mismo hacia el 1300 A. de C. Uno de los objetos sagrados
más buscados del mundo junto con el Santo Cáliz, La Síndone y la Lanza de
Longines. El Arca tenía el poder del mismo Dios, pues podía unir al pueblo o
destruir ejércitos. ”
Muchos que ahora tenemos más de 40 años de edad la vimos de pequeños en el
cine o en el inolvidable VHS. Otros más jóvenes, la han podido ver en estos
años tanto en reposiciones en canales públicos o privados de TV y en DVD.
Aunque a muchos les sorprendió el comentario en las escenas, Adolfo Hitler
además de estratega y político era un consumadísimo ocultista. Entre los
grandes del partido nazi tenía amigos influyentes en esoterismo como Rudolph
Hess o el conocido Dietrich Eckart que había pertenecido al grupo sectario
Thule. Se había entrevistado con magos ocultistas como Erik Jan Hanussen y de
joven había leído escritos ariosóficos como los de Joseph Von Liebbenfels o
Adolf Lang, religioso de la Orden del Cister de tendencias ocultistas y
esotéricas (fue un gran devoto del Libro de Enoch) y el pueblo natal de Hitler,
Braunau era popular desde tiempo por haber tenido médiums y brujas muy
reputadas.
En efecto, Hitler estaba obsesionado con el ocultismo. Creía que si podía
hallar objetos de poder de ciertas culturas y religiones, ello redundaría en su
favor en la tarea que se había otorgado a sí mismo (mientras escribía su libro
Mein Kampf en la prisión de Landsberg) de conquistar Europa y liderar un Reich
de mil años.
Pero ¿qué hay de cierto y qué es fantasía en esta famosa película? ¿Por qué tengo la impresión que, como pasa con otros grandes éxitos del cine internacional, son films que sobreviven a las décadas, sin ver por ello aminorada su celebridad y memoria persistente en los fanáticos del llamado cine de culto?
Según la cinta de Raiders of the Lost Ark (1981) El Arca Hebrea tenía varios
poderes. Su mera proximidad causa efectos en alumbrado y animales. Quema los
emblemas de la svástica que adornan la caja de madera que la contiene cuando es
transportada hacia Berlin. Finalmente, cuando es abierta en un simulacro
blasfemo de ritual levita (según el Antiguo Testamento, sólo los hebreos del
clan de Leví podían manipular y nunca con las manos desnudas el Arca u oficiar
delante de ella y no en cualquier momento… Por tanto lo que hace el dr. René
Belloch, a pesar de vestirse al estilo sacerdote con una
réplica del Urim Tumim –peto ceremonial con 12 gemas que representa las 12
tribus de Israel- no era válido) provoca la muerte de los asistentes: al
abrirla un oficial alemán hunde su mano en el interior, descubriendo que sólo
contenía polvo… esto causa las risas del agente de la Gestapo, Toth.
Indiana Jones, maniatado a un poste junto a Marion Ravenwood, le dice “-¡No
mires. Pase lo que pase no mires el Arca!-”
Indiana Jones conocía las técnicas y claves iniciáticas ocultistas y sabía
que si se producía un sacrilegio con un objeto de poder, si algo malo pasaba
podrían evitar un fatal destino no mirando, lo que equivale a respetar el poder
del objeto. Así, los asistentes que observan la escena, ven cómo del Arca
surgen unos espíritus, ataviados a manera de doncellas hermosas que al confrontar
a los presentes, cambian su aspecto por el de esqueletos. Posiblemente el Ángel
Exterminador y sus compañeros. Aquel que mató a los primogénitos en Egipto poco
antes del Éxodo y probablemente el mismo equipo angelical que barrió Sodoma en
tiempos del patriarca Lot.
Pero ¿Qué sabemos de cierto por la Historia Sagrada? Bien, el Antiguo
Testamento narra pocas veces acerca de este artefacto medio humano medio
divino. El Arca según algunos, fue una réplica de otro objeto parecido que
Moisés había visto de joven en el palacio de su padre y hermano Ramsés. Sin
embargo, esta arca serviría para guardar las tablas de la Ley que Dios escribió
con su propio dedo en fuego sobre piedra y legó al pueblo, para dejarles un
código de conducta que los distanciara de las costumbres paleolíticas de otras
naciones de su paradigma. De hecho, de ellas proviene la mayoría de leyes
civiles y militares de las naciones de la actualidad: no matar, no robar, no
dar falso testimonio etc.
El Arca era tenida por objeto que Dios de alguna manera bendecía y unía al
pueblo con él. No era meramente un cofre de oro, un talismán con rubíes
incrustados ni una corona de rey. El hombre o ejército que robase dicho bien,
se situaría a la cabeza del objetivo mortal de los hebreos para toda la eternidad.
La creación del Arca pues, data del siglo XIII A. de C. y se narra en el
libro del Éxodo (37:1)
Según narra el A. T. mientras se realizó un pequeño traslado del Arca por
suelo hebreo, un sirviente del rey llamado Uzá puso la mano al tropezar el carro
y peligrar el objeto, recibiendo al mismo tiempo una descarga eléctrica que lo
mató. Este suceso dejó atónitos a los testigos y de hecho sentó bastante mal,
pues el gesto de Uzá fue bueno pero el mandato era tajante: “NADIE TOCARÁ EL
ARCA”. 2ª Samuel (6:6-8)
El Arca produjo otro importante milagro. Los israelitas al atravesar cierta
zona donde había un caudaloso rio, el Jordán, nada más poner pie en el agua el
cauce se detuvo y dejó pasar a las tribus durante varias horas,
restableciéndose después el cauce, lo cual impresionó incluso a los habitantes
locales. Libro de Josué (3:14-17)
Otro hecho bastante relevante tiene lugar sobre el año 1000 A. de C. cuando
se narra que El Arca cayó en poder de los filisteos. Los filisteos se llevan el
mortal objeto ignorantes de su poder letal y lo depositaron como un trofeo de
guerra en el templo a su falso dios, Dagón. Cuando entraban por la mañana los
sacerdotes al templo, se encontraban el ídolo tirado boca abajo, postrado ante
El Arca. Al poco, 3 poblaciones Asdod, Gat y Ecron fueron diezmadas
durante 7 meses por una horda de ratas acompañada de tumores y otras plagas,
como disentería. 1º Samuel (5:1-12)
Ante esta calamidad, los filisteos suben El Arca a un carro tirado por dos
bueyes dejándola a su suerte. Este llega a la ciudad de Bet Semés y allí, unos
desaprensivos la abren, con la consecuencia de que 70 hombres cayeron muertos
aquel dia.
¿QUÉ FUE DEL ARCA EN SIGLOS RECIENTES?
Nadie puede decir a ciencia cierta qué fue del Arca del Pacto hebrea.
Algunos eruditos dicen que lo más probable es que fuera pasto del saqueo
cuando el rey egipcio Sesac o Sesonq-I fundador de la Dinastía Libia, invadió
Judá entre los años 926 a 917 A. de C. Esta posibilidad apunta obviamente
la película de Spielberg, ya que Indiana Jones la halla en el fondo de un
templo a las afueras de El Cairo, en un atrio que llamaban Pozo de Almas. (2ª
Crónicas 12:1-9) Pero ¿cómo entonces el libro de 2ª Crónicas (35:3) la vuelve a
mencionar en poder de los hebreos durante el reinado de Josías, sobre los años
640-609 A. de C.?
Si Sesac no la halló, tal vez siglos después la robase el ejército de
Nabucodonosor cuando el pueblo de Israel fue deportado, hacia el 587 A. de C.
durante los 70 años que duró el famoso Cautiverio de Babilonia. Ya hemos
visto que esto no era posible. Por tanto, quizá el rumor a voces de que el
profeta Jeremías la sepultó en una gruta del Monte Nebo o que quizá los fieles
levitas la incrustaron bajo tierra en la zona del Monte Moria, actualmente
imposible de tocar por estar este bajo la mezquita de Al Aqsa construida a
principios del siglo VII, sea la pista correcta.
Otros dicen que pudo ser robada cuando las legiones de Tito tomaron
Jerusalén hacia el año 70 D. de C. Pero seguramente el Arca desapareció mucho
antes, pues ni Cristo ni los apóstoles mencionan haberla visto en el Templo de
Jerusalén en el siglo I en los Evangelios o Nuevo Testamento.
En el siglo XI los caballeros Templarios al mando de Hugo de Payens, su
noble fundador, se alojaron en lo que hoy dia es la mezquita de Al Aqsa de
Jerusalén, antigua explanada (donde se ubicaba el Primer templo hecho durante
el reinado de David, padre de Salomón) con permiso del Rey de Jerusalén
Balduino II y probablemente con la misión de hallar este artilugio, entre otros
objetos santos. Seguramente horadaron toda la zona. Los túneles de los
Asmoneos. Examinaron una serie de vestigios y regresaron a Francia convirtiendo
la Orden del Temple en pocos años en la más poderosa de Europa. Muchos dicen
que sí hallaron algo. Pero si así fue, la historia devoró su secreto.
Por relatos antiguos conocemos que el hijo del Rey David, Salomón el sabio,
quien tiene hoy dia aun fama de hermoso, sabio y poderoso (No en vano se habla
también de las Minas del Rey Salomón y algunas referencias tempranas,
cuestionables eso sí, citan incluso como depositaria de la prodigiosa Mesa
Parlante de Salomón, ¡nada menos que unos subterráneos de Toledo!) tuvo un
romance con la Reina Maqueda de Saba y tras dejarla encinta, le envió el Arca
junto al hijo de ambos que había sido educado en Israel como presente y
recuerdo de su amor. Esta historia es extra-bíblica, estando descrita en el
libro nacional etiope La Gloria de los Reyes.
Hoy en dia, los cristianos etíopes conservan algo que ellos aseguran es El
Arca hebrea en Lalibela, en la iglesia de Santa Maria de Sión. Un hombre santo,
el Abba Tekelu la protege con su propia vida dia y noche, en un pequeño
edificio custodiado por fieles, de tal manera que nadie occidental ha sido permitido
hasta la fecha poder ver qué se encuentra allí. Lo más probable es que Salomón
ordenara construir un arca réplica, por lo que la posibilidad de que la
auténtica pieza esté en Etiopía es muy remota.
Esta historia es poco probable, ya que años después de Salomón, en el 586 A.
de C. El Arca habría sido puesta a salvo de los persas por el profeta Jeremías
quien la habría ocultado en una gruta del Monte Nebo. Así lo narra el 2º Libro
de los Macabeos.
El Arca hebrea es como propone el film, un objeto que cualquier aventurero o
arqueólogo desearía contemplar: primero por despejar el interrogante de si
realmente existió y si fue real, averiguar qué contiene y qué poderes encierra,
sería la respuesta final a toda pregunta imaginable. La película de Spielberg
nos aporta cerca del clímax del metraje, una cita remarcable que proviene del
dr. René Belloq, el arqueólogo envidioso de Indiana Jones: “Indiana: nosotros
tan sólo pasamos por la historia. Esto… esto es historia!”.
Autor: J. R. Valle
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