“Querido hermano en Cristo, que descanses en paz,
siempre te admiré y ahora te admiro mucho más porque fuiste un guerrero que
luchó hasta el final contra ese mal que te llevó de este mundo, ahora te
encuentras en el cielo porque allá hacía falta un ángel, hoy todos nos
encontramos conmocionados por tu partida, pero también nos sentimos agradecidos
con Dios por haberte conocido y por todos los momentos inolvidables que
disfrutamos a tu lado, hoy te has convertido en un ángel que cuidará de todos nosotros,
sin embargo estarás siempre entre nosotros, nos harás mucha falta, pero ahora
sabemos que te encuentras descansando en paz, se nos hace difícil aceptar esto
y le pido al Señor que me dé resignación, pero confiamos en que Dios nos brinde
el consuelo que necesitamos.”
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