Seguramente estarás perplejo al oírnos decir que te
has muerto, cuando tú te sientes más vivo que nunca. O que no te veremos más,
cuando tú nos estás viendo y oyendo mucho mejor que en los últimos días.
Es nuestra ignorancia que nos hace decir estas cosas,
cuando en realidad lo único que ha sucedido es que el cuerpo ha dejado de
funcionar y ahora ya sabes la verdad: no podemos morir, no morimos nunca.
Los funerales son para que todos, tú y nosotros, tomemos conciencia de que tu misión en la Tierra ha concluido, y para expresarte nuestro agradecimiento por lo que hemos compartido, estamos todos aquí: tus hermanos y hermanas de toda la vida. Cada uno de tus conocidos ha recordado momentos vividos contigo y te da su cariño y su energía para que puedas continuar tu camino espiritual como alma.
Los funerales son para que todos, tú y nosotros, tomemos conciencia de que tu misión en la Tierra ha concluido, y para expresarte nuestro agradecimiento por lo que hemos compartido, estamos todos aquí: tus hermanos y hermanas de toda la vida. Cada uno de tus conocidos ha recordado momentos vividos contigo y te da su cariño y su energía para que puedas continuar tu camino espiritual como alma.
Y también están cerca de ti otros seres incorpóreos
como tú, otras almas que te quieren dar la bienvenida a ese plano de
existencia. Algunas son de familiares que se fueron antes, otras son almas que
ya no recordabas.
Así que ¡fíjate!, has estado solo apenas un instante,
cuando el alma corta la conexión con el cuerpo y te quedas inconsciente como
cuando duermes sin soñar. Antes, mientras estabas en contacto con tu cuerpo, y
después, cuando recuperas la conciencia en ese nuevo plano, siempre estás
acompañado.
Has vivido muchos años, con días buenos, días malos y
muchos días regulares; has consolidado una Gran Orden que te quiere, has
aprendido algunas cosas y has dejado buenos recuerdos en muchas personas. La
misión ha terminado y puedes partir en paz.
Seguramente a los que llamamos vivos nos ves ahora
como luces pequeñas, seguramente a los que llamamos muertos también los ves
ahora como luces pequeñas. No te dejes atraer por ninguna de estas luces.
Recógete en ti mismo, siente amor por todas las criaturas, agradece lo vivido,
y dirígete a la Luz mayor.
No te quedes aquí, dando vueltas, perdido en la
oscuridad, atrapado por nuestras emociones y las tuyas. Todo está consumado. Tu
destino ahora es la Luz Superior, de donde todas las almas salimos inocentes y
a donde todas las almas algún día regresaremos conscientes. Y sintiendo la
dicha de haber vivido. La vida es eterna, la vida es un don.
Que Dios te bendiga.
Puedes ir en paz.
Puedes ir en paz.
R.I.P.
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