26/2/24

 Querido Frater ++Agustín Casado Bueno,

Siempre he tenido claro que este día podía llegar, supongo que como todo el mundo que sabe que la vida, al final, es un ciclo. Pero una cosa quizás sea saberlo y otra muy distinta vivirlo. Jamás pensé que se iba a quedar tan grabado el día que nos dejaste. Sin embargo, lo más duro para mí no es recordar ese tipo de cosas, es pensar en todo lo que estoy viviendo y en qué dirías o qué comentarías con cada experiencia o acontecimiento que me sucede. Quizás un “el mundo está loco”, “sabía que lo lograrías” o “me alegro mucho por ti”.

Pero qué te voy a contar sí sé que desde ahí arriba lo estás viendo. Sabrás también que después de una semana, te recordaremos y te llevaremos en nuestros corazones. Todos te echaremos de menos aunque a veces nos cueste reconocerlo en voz alta. A mí me cuesta reconocer también que me quedaron muchas cosas que hacer contigo, muchas anécdotas que contabas. Nadie habla de lo difícil que es saber que no vas a estar más o que no vamos a tener más oportunidad de escuchar tus datos históricos que incluso cariñosamente te decía frater pareces el libro gordo de Petete, hacer todos esos planes para la Orden del Templo (Orden del Temple).

Aun así, las anécdotas, las reuniones fraternales, las risas, los abrazos y las noches que pasamos juntos van a estar ahí para siempre, guardados en nuestra memoria, para hacernos mejor persona, para recordarnos lo que es quererse en fraternidad de verdad. También es un aprendizaje para tener presente cada día que tengo que aprovechar el tiempo con los Hermanos y Hermanas.

Descansa En Paz Caballero de la Orden del Temple


Queremos agradecer a los Hermanos y Hermanas de Fratertempli por la colaboración y ayuda a homenajear al Frater ++Agustín Casado Bueno

 Los amigos son como las estrellas, no siempre puedes verlas pero sabes que están ahí.


Señor mío Jesucristo, que no viniste a perder sino a librar las almas de los hombres, de quienes te constituiste remedio y libertad dando tu vida por su rescate; humildemente imploramos tu clemencia y misericordia inefables, para que te apiades de todas las almas de los fieles difuntos que son atormentados en las penas del purgatorio, a fin de que las que justamente son por sus pecados afligidas, sean por tu benignidad perdonadas, pues las has redimido con tu preciosa sangre, consigan por los mérito se intercesión de la Santísima Virgen María y de todos tus Santos, que las liberes de las penas que sufren y las lleves a la gloria, donde te alaben y gocen por los siglos de los siglos.

Amén.

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