Nuestro corazón de cristianos europeos templarios sufre con el dolor que la barbarie yihadista está causando en el mundo entero y, hoy especialmente, en Bruselas. Cuando se apaga toda esperanza de una paz razonable y honrosa con estos bárbaros del siglo XXI, y no nos quedan palabras ni lágrimas que llorar por las víctimas y sus familias, suscribimos las palabras del Papa Francisco recogidas en el telegrama que el Cardenal Parolín, Secretario de Estado del Vaticano, envió al Cardenal de Bruselas: “Enterado de los atentados de Bruselas, que afectan a tantas víctimas, Su Santidad el Papa Francisco confía a la misericordia de Dios a las personas que han perdido la vida y se une por la oración al dolor de sus familiares. Expresa su profunda simpatía a los heridos y a sus familias, así como a todas las personas que han colaborado en las ayudas, pidiendo al Señor que les conforte y les consuele en la prueba. El Santo Padre condena nuevamente la violencia ciega que genera tanto sufrimiento e implora a Dios el don de la paz, invocando sobre las familias afectadas y sobre los Belgas el bienestar de las divinas bendiciones.”
“En el umbral de los días que para nosotros, cristianos, son los más santos del año y que nos hacen revivir que el mal ha sido vencido por el amor de nuestro Señor, mantenemos la esperanza de un mundo mejor para que todos lo que de una manera o de otra buscan a Dios, puedan vivir en paz y respeto mutuo”, aseguró el Obispo.
El Prelado aseguró que “llenos por la fe en la Pascua, compartida por tantos cristianos en el mundo, os expresamos nuestro más profundo agradecimiento”.
Ayer por la mañana dos explosiones consecutivas ocurrieron en el aeropuerto de Bruselas (Bélgica) y una tercera se registró en la estación de metro de Maelbeek, en el centro de la capital y muy cercana a los edificios de la Comisión y Parlamento Europeo.
Los atentados han sido reivindicados por el grupo terrorista Estado Islámico.
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