Dedicado a la Virgen del Águila o del Fénix... y a su consuelo
"Habita esta selva, estos bosques sagrados, el ave fénix, sola y única que vive saliendo rehecha de su propia muerte".
De Ave Phoenice.
El ave fénix es mucho más que un mito poético, o una leyenda para contar a los niños. El arquetipo que se oculta en la mitología del Ave Fénix, está en lo más profundo del subconsciente colectivo, y fue esencial para que un pueblo desarrollara sus potencialidades. La mitología es un camino iniciatico que contiene las claves de la evolución del alma humana, para que pasen de potencia al acto. El Ave Fénix, encierra la mitología de más alto contenido iniciatico, en su mito universal que nació en la tradición del Antiguo Egipto, aunque se manifestó de forma similar en la India, China y otros puntos del planeta.
En la crisis cultural de Occidente, ese ave que renace de sus cenizas es más necesaria que nunca. De ahí que esté cobrando fuerza en el imaginario colectivo. Es volver la mirada a nuestras raices más profundas para coger fuerzas y de nuevo volar.
Tácito decía que, solo por sus plumas, el Fénix puede distinguirse fácilmente de cualquier otra ave. Lactancio le atribuía un color rojo azafrán con un pico de aspecto similar a una gema o formado por piedras preciosas. Las plumas muestran irisaciones blancas, verde esmeralda y marfil. Igualmente, todos describen las garras como enormes y rojas.
El autor latino Aquiles Tacio nos explicó que el Fénix se precia de tener al Sol por señor y Lactancio en el famoso poema "De ave Phoenice", afirma que tiene por corona los rayos del astro rey. Claudiano percibe en sus ojos, lo que describe como "brillo misterioso" y el propio Lactancio lo compara a "jacintos azules de gran fulgor".
Se dice que el Ave Fénix, cuando se mueve muestra su gran dignidad y altivez. Ezequiel, el profeta judío, explicaba en la Biblia que su andar es "altivo como un toro y ágil, como si el cuerpo no le pesara".
LLama la atención que el Ave Fénix es androgino, es macho y hembra a la vez. Plinio afirma sin dudarlo que "un dios le concedió renacer de sí mismo sin lazos que aten a Venus". El canto del Ave Fénix, se asemeja al del mejor ruiseñor en el Paraiso. En las auroras, espera en lo alto de la copa del árbol sagrado, mirando hacia el Este, el lugar donde nace el Sol; cuando despuntan los primeros rayos entona un canto que hace palidecer al del gallo.
Los distintos autores nunca se pusieron de acuerdo sobre donde habita esta ave. Para Tácito y Heródoto su lugar de residencia era Arabia, para Arístides y Ausonio, la India. Los poetas Ovidio y Marcial la sitúan en Asiria y Lactancio, que siempre fue tan exacto para ciertos datos, se limita aquí a indicar un vago "Oriente".
El Fénix muere y resucita en Heliopolis, "la ciudad del Sol", pero seguramente no es la ciudad egipcia que conocemos si no que simboliza algo así como el Paraiso judeo-cristiano. Pues se dice que en aquel país no existe el dolor, ni el mal.
Los campos eliseos son el lugar del Ave Fénix, para los griegos, para ellos no hay duda gracia a la ascesis heroicay a la "prueba iniciática" el hombre tiene la posibilidad de reintegrarse en la edad primordial, la Edad de Oro. Quienes lo consiguen tienen en el Elíseo su morada. Y sobre ellos, eternamente, revolotea el Fénix.
El secreto del Ave Fénix, es que renace en virtud de su muerte; cuando se siente anciano recoge plantas aromáticas y crea un nido en el que muere; de sus restos nace una especie de gusano que es el germen de la nueva ave. Una vez adulta, vuela a Heliópolis desde las tierras de Arabia. Resulta evidente que el eje central es la "muerte-renacimiento" que remite a los cimientos de todo sistema iniciático: para que una ceremonia de iniciación produzca efecto, el "hombre viejo" debe morir y, en su lugar, debe aparecer un nuevo alumbrado, un hombre renacido, un "hombre nuevo".
En el proceso iniciático, como en la vida del Fénix, existe un antes y un después de la muerte simbólica. Un antes donde el viejo hombre ha agotado sus posibilidades, ha llegado a un ocaso y una verdadera crisis existencial; en el "después" todo se renueva y torna joven y vivo. Se hace la compresión de la vida y sus misterios.
Ovidio, decía que la edad del Fénix es de 500 años, cumplida esta edad se encierra en su nido situado en lo alto de una palmera, confeccionado con ramas aromáticas (casia, nardo, cinamono, mirra) y muere en medio de éstas derramando sobre sí mismo "la fuerza genital".
Estos matices poéticos profundizan en los significados simbólicos y claves de la iniciación solar del Fénix: muerte-resurrección, solaridad, paraíso...
La tradición esoterica dice que la palabra fénix, procede de la palabra griega "phoenix", que alude a los nativos de Fenicia, al color púrpura y a la palmera. De Fenicia, surgieron los obreros del Templo de Salomón, es la tierra del este por donde sale el Sol, es la tierra de la magia; el color púrpura es el color de Zeus y de los dioses del Olimpo, y la palmera, por su parte, es el árbol sagrado de Oriente gracias a su forma vertical que luego se abre, desparramando sus ramas como si fueran rayos del Sol.
Los templarios supieron de la profundidad de este arquetipo y lo , incluyeron en la iniciación de su círculo interno y secreto. Muy seguramente fueron los sufis de al-Andalus, Persia y Siria quienes les iniciaron en los secretos ocultos del Fénix.
Algunas capillas templarias con forma circular poseen una bóveda sostenida por una columna central llamada Palmera de la Vida. Allí los iniciados sufis y los templarios situaban un pequeño habitáculo en el interior del cual meditaban en soledad antes y después de su iniciación. Desde aquí recomiendo profundizar en monumentos como San Baudelio de Berlanga (Soria) que ya tocamos en este y otros blogs, o en obras de Ángel Almazan o articulos (1)
Fenicia, la palmera y el color púrpura, indicaban la iniciación solar, heroica, la ascesis, la dignidad regia remitiendo en su conjunto al concepto de iniciación, en el grado más alto. También hablamos de la alquimia espiritual, el androgino que surge tras la diferentes fases.
La tradición iniciatica, la cadena inmortal y secreta pasó de los egipcios a los griegos y de ahí al mundo latino. Cuando éste se extinguió en la decadencia, correspondió a los árabes, de nuevo a los hijos de Fenicia, rescatarlo e insertarlo en la particular cosmogonía islámica. Añaden los tratadistas islámicos que el Fénix solo se posa en la montaña Qâf, considerada por ellos como el polo y el centro mundo. Para Al Jili, el secreto del Phoenix, estába en su propio nombre, como el nombre de Alah.
...el Fénix, el avatar solar, que otra vez vuela por nuestro cosmos, intentando extraer de nuestra putrefacción, al ser humano regenerado por el fuego, un hombre trascedente, con mas corazón con el alma más pura y brillante. Muestranos el camino, en tu vuelo, ave Fenix, tu que traes la luz de Occidente y Oriente en tus alas.
Fuente:
Mª de las Mercedes Izquierdo Muñoz
No hay comentarios:
Publicar un comentario